domingo, 24 de mayo de 2015

Ada Colau


Estoy contenta, ante la monótona alternancia de partidos en que se producía la política española, han surgido grupos de ciudadanos, mayoritariamente jovenes, que están dispuestos a comprometerse con un cambio.

¡Benditos sean! 

domingo, 10 de mayo de 2015

Papa Francisco











Estimado Papa Francisco:

Su actitud abierta, su buena voluntad, la confianza que me inspira, me permiten dirigirme a usted como a un hermano en Jesús.

Le escribo desde el  escepticismo de ser atendida y de que sea considerada mi petición. No obstante, siempre queda un rayito de esperanza sobre una cuestión tan razonable. Se trata de un derecho reconocido en  las constituciones de la mayoría de los países.

Me cuesta tanto  admitir la situación en que vivimos las mujeres cristianas,  que no tengo más remedio que dirigirme a usted como el responsable de que se mantenga esta situación.

Las leyes civiles de las naciones  adelantadas del mundo reconocen a la mujer la plena capacidad para desarrollar todas las funciones sociales y políticas en igualdad con el hombre.

Sin embargo, la Iglesia Católica, a la que pertenezco desde hace 74 años, mantiene contra viento y marea el anacronismo de negar a la mujer  el ejercicio de los mismos derechos y  responsabilidades  que  ejerce el hombre.

Estoy segura de que usted comprende mi indignación, por eso le dirijo esta carta.

Me voy a permitir parafrasear a Monseñor Romero:

Le suplico, le ruego, le ordeno que

CESE LA DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO

Por favor, reconózcanos oficialmente  como personas completas.

Y también nos debería pedir perdón por la cantidad de sufrimiento y las consecuencias que dicha discriminación ha acarreado a las mujeres de todo el mundo y  en todos los órdenes a lo largo de los siglos.

Un cordial saludo.



martes, 5 de mayo de 2015

El pasado y el futuro

Ahora me parece que vivo la vida hacia atrás o sea que solo tengo pasado y...¡ es un pasado tan confortable!, además en el pasado ya no ocurren desgracias ni hay incertidumbre y solo se acuerda uno de lo bonito.

Pero tengo que resistirme a vivir de los recuerdos. Todavia tengo mi capacidad de obrar vigente y no puedo desaprovechar la ocasión de vivir y de participar.

"Las señoras mayores" parece que no valemos para nada, pero si nos unieramos podriamos cambiar el mundo o por lo menos cambiar al gobierno.

Mañana pensaré el montón de cosas que todavia me faltan por hacer.

Le escribiré una carta al Papa reclamando la dignidad y la igualdad de las mujeres que la Jerarquia Católica no nos reconoce.