Somos un grupo de primates que nos gusta la actividad laboral, nos encanta modificar el entorno (a los castores también) y nos sentimos bien cuando trabajamos y aplicamos nuestros conocimientos y es reconocido y compensado con una remuneración proporcional.
Todos tenemos derecho a trabajar y colaborar en las tareas pero...muchos no tenemos oportunidad y el paro nos humilla y deprime.
La nueva clase política tiene que hacer frente a este problema.
Si no se entretienen en discutir si son galgos o podencos
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