Maria Luisa y Teresa están jugando al Rumikú, tranquilamente, como si vivir fuera para siempre.
En poco tiempo Teresa enfermó y calladamente se ha ido.
Ellas están jugando al Rumikú en Trabensol, pero todos sabemos que esto es la sala de espera de la estación en donde en cualquier momento llegará nuestro tren y nos iremos.
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