domingo, 23 de marzo de 2014

Adolfo Suarez


Adolfo Suarez era un hombre de convicciones religiosas profundas. Me recuerda a la figura de Job, que sufre pruebas durisimas pero conserva su fidelidad.

Ahora que estamos tan necesitados de hombres de Estado, su presencia durante la transición se agranda, nos deja admirados por su talla política, por su intuición, por su honestidad.

Españoles como él, como Alcalá Zamora, como Nicolás Salmeron y tantos otros y otras que luchan contra viento y marea e intentan empujar a la Historia merecen todo nuestro respeto y consideración

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