Vivimos en un sistema que tiene ideas básicas muy perniciosas.
La creación de empresas parte de la idea de tener beneficios y grupos de personas, muy preparadas piensan y se esfuerza por conquistar un nicho de mercado que le produzca beneficios.
A mi me parece que este planteamiento es perverso.
Si grupos de personas preparadas se reúnen con la idea de crear empresas que responda a las necesidades de los ciudadanos, que mejoren su calidad de vida, que presten los servicios que la población necesita, que den respuestas de ocio, de salud, de formación, de realización personal...etc.
y este fuera su objetivo, daría mucho mas gusto vivir en nuestras sociedades.
El objetivo no serian los beneficios, sino objetivos sociales y mejora de la calidad de vida.
Por supuesto las personas preparadas que organizan empresas deben calcular bien los gastos y los ingresos para que sea viable, pero sin que el reparto de beneficios sea el objetivo.
Aunque esta idea parece ingenua es mucho mas inteligente que poner todo el esfuerzo en aumentar los dividendos.
Nuestro objetivo no es ganar dinero, ni enriquecernos, ni ser competitivos, ni conquistar mercados...
Nuestros objetivos son tener calidad de vida en la fase difícil de la vejez ¡casi nada! es cubrir nuestras necesidades vitales.
Y resulta que ¡funciona!.
Nos ha salido TRABENSOL que es un proyecto extraordinario, que crea puestos de trabajo, que nos hace mas activos, que da vida al pueblo, que nos impulsa a ser solidarios, en fin, los resultados de la actividad son muy positivos considerados como beneficios sociales y mucho mas valiosos que si fueran beneficios económicos que solo servirían para tener mas cosas.
Valorar a las empresas por el impacto social que desarrollan será en el futuro un índice que cotice en Bolsa.
¡¡¡Estoy segura!!!
